martes, 27 de mayo de 2014

Fog / Neblina

Del proyecto Ephemera con la Ilustradora Viviana Hinojosa
Fog
Fog settled: thick, moist and voluptuous. Laid over the furniture, over our bodies and our eyes and slowly over our hearts and our past.
We played with the fog, somehow we thought it was fun, sexy and chic. But fog soon took over our entire existence. Nothing was free of fog.
Foam came after fog, then dust, then nothing. We saw our lives and our world vanish. It vanished softly, like in a dream.


Neblina
La neblina llegó: espesa, húmeda y voluptuosa. Se posó sobre muebles, cuerpos y ojos. Lentamente sobre nuestros corazones y nuestro pasado.
Jugamos con la neblina, pensamos que era divertido, sexy y chic. Pero pronto se apoderó de nuestra existencia. Nada estaba libre de neblina.

Justo después de la neblina vino la espuma, luego el polvo, después la nada. Vimos nuestras vidas desaparecer suavemente, como en un sueño.

martes, 20 de mayo de 2014

At the bottom / En el fondo

Del proyecto Ephemera con la Ilustradora Viviana Hinojosa

At the bottom
There was a little wooden box at the bottom of the sea. Shining. With little pulses was calling day and night, an enthralling light inside.
Many knew about the little box. Some swam, some dived to the bottom trying to get closer, to find out what was that little light inside.
Some reached it, some opened the box, some saw the light inside it and swam towards it. Some held it, dearly. All remained inside, dazzled.


En el fondo
Había una pequeña caja de madera en el fondo del mar. Brillando. Con pequeños pulsos llamaba día y noche, con su cautivadora luz.
Muchos sabían sobre la cajita. Algunos nadaron, otros bucearon hacia el fondo tratando de acercarse para saber qué era aquella luz adentro.

Algunos se acercaron, la abrieron, vieron la luz, nadaron hacia ella y la tomaron, amorosamente. Todos permanecieron dentro, cautivados.

martes, 13 de mayo de 2014

The firsherman's words / Las palabras del pescador

Del proyecto Ephemera con la Ilustradora Viviana Hinojosa

The fisherman’s words

When fishing, the fisherman thinks of words, whispers and sonnets. When dreaming, he catches his favorite words with his fishing net.

In his dream, he knows they are words but he sees opalescent nautiluses, glossy dark sperm whales and sparkling jellyfish.

Some days the fisherman thinks about the dreams he has at night and feels the urge to release his catch. He can’t. He has to keep fishing.

He sells the fish in the market and words and sea animals mix in his head. He keeps navigating in a sea of dreams, words and sea fauna.



Las palabras del pescador

Cuando pesca, el pescador piensa en palabras, susurros y sonetos. Cuando duerme, atrapa sus palabras favoritas con su red de pesca.

En su sueño, él sabe que son palabras lo que ve con forma de opalescentes nautilos, brillantes y negros cachalotes y transparentes medusas.

Algunos días, el pescador piensa en los sueños que tiene en las noches y siente la urgencia de soltar su red. No puede. Tiene que seguir pescando.

Él vende la pesca en el mercado mientras las palabras y los seres marinos se mezclan en su cabeza y navega en un mar de sueños y palabras.


jueves, 8 de mayo de 2014

Ellos

            Fue hace mucho tiempo y desde entonces acompañan a la gente. Ellos estaban destinados a atrapar las estrellas fugaces para que no se escaparan del cielo y este nunca dejara de tener luces. Ellos hicieron este trabajo durante mucho tiempo, porque eran ágiles y rápidos y podían moverse como la luz. 
            Lo que pasó es que los dioses se dieron cuenta de que los deseos de los hombres se escapaban y desaparecían en el espacio mucho más rápido que las estrellas. Entonces los enviaron a atrapar deseos y desde entonces viven en la tierra junto a los hombres, quienes todo el tiempo están deseando algo. Es por eso que de repente saltan a una pared y luego a otra como siguiendo un laberinto dibujado en el aire y lo hacen rápidamente porque si no los deseos de los hombres se van y los olvidan y ya nadie se vuelve a acordar de ellos. Y de noche tienen todavía más trabajo, porque a los hombres les ha dado que por cada estrella fugaz que ven piden un deseo. Entonces ellos tienen que saltar de un lado a otro y la noche se llena de sombras pequeñas y veloces. Los hombres también desean muchas cosas cuando duermen y ellos en medio de la obscuridad, persiguen en una carrera los montones de luces que se escapan de los corazones de los hombres. Y la noche se llena de ruidos. Son ellos atrapando deseos.
            Cada deseo que ellos atrapan se va al cielo en forma de luz, ellos ayudan a que los deseos de los hombres se conviertan en estrellas o cuerpos celestes y estén cerca de los dioses para que estos los hagan realidad. Los deseos más hermosos pueden convertirse en enormes cuásares, supernovas o sistemas solares. Una vez que el deseo se va a cumplir, pasan junto a los hombres y pegan su grácil cuerpo avisando que un deseo más está por cumplirse, entonces ronronean de felicidad. A veces maúllan en la noche y le lloran al cielo porque les entristece que los hombres desperdicien los deseos cumplidos y dejen pasar las oportunidades.

            Es bueno tenerlos a ellos cerca, porque gracias a ellos nuestros deseos se cumplen y el cielo se llena de estrellas y maravillosas luces.

miércoles, 30 de abril de 2014

Refugiados

Ambos se encuentran en el exilio, como tantos otros, desde hace años, muchos años. Ni siquiera saben cuántos, no quieren pensarlo. Han venido huyendo desde hace mucho tiempo, su historia es similar a la de tantos otros fugitivos.

            Ella ha preferido sumergirse en el tejido, teje gorros de estambre, muchos de ellos, todo el tiempo. Le emociona tejerse un nuevo gorro, un suéter de vez en cuando. Es feliz combinando líneas, colores, texturas. No hay mayor placer que mirarse al espejo cuando ha terminado un gorro o un suéter nuevo. Si no le gusta, siempre se lo regala a él. También tiene a sus perros, con ellos expresa el amor que tiene miedo de demostrar, el que no posee, el que le fue negado, el que se niega a sí misma. Con sus perros en cambio, se siente querida y quiere, los quiere mucho. En el exilio siempre es difícil encontrar con quien expresar todo el cariño que el dolor ha opacado por años. Ella no quería estar sola, tiene pavor a la soledad, de manera que ha logrado hacerse de compañía. Ha contenido su voz, como una forma de reprimirse a sí misma. Su voz es débil, temblorosa. La usa suave, mustia, con la que libera el odio y la frustración acumulados, tal vez la envidia cuando se asoma a vidas mejores. También su voz suave y chillona le permite abrirse camino como víctima y para, al mismo tiempo, infringir venganza. Infringe una constante venganza en cada momento, en cada persona, por la maravillosa vida que le ha sido negada. Cuando la usa en tono alto y claro es acaso para demostrar en un desesperado intento que ella tal vez puede, ocasionalmente, salir de sí misma, ser ella y tener una vida digna; también para demostrar que su vida no es tan patética como pareciera. Vanos intentos que no logran más que hacer más evidente su silencio triste y continuo.

Él, por otro lado, tras el exilio encontró un trabajo en que sumergirse, encontró el olvido en el monótono trabajo frente a una computadora. En ella pasa largas horas, escribiendo, programando. También llena su vida de pequeñas tareas para callar el silencio, para no pensar, para no recordar la frustración, el dolor, la soledad. Siempre está ocupado. Se agota a sí mismo para no pensar en el pasado, para no pensar en el presente, para olvidar que no hay nadie en su cama que lo espere con abrazos ni deseo, para olvidar que nunca ha habido nadie. Es mejor agotarse, sirve de excusa y justificación. Así que al llegar la noche lo único que desea es dormir. El sueño, ese amante complaciente, lo espera con dulzura y siempre le ayuda a olvidar. El exilio es siempre doloroso.


            Las vidas de Ruth y David se entrecruzan ocasionalmente, los une su condición de refugiados, de la que nunca hablan. En realidad prefieren no hablar mucho de nada. Viven refugiados de sí mismos, desde hace años, refugiados de sus propios miedos que nunca quisieron enfrentar. Viven juntos, en un matrimonio estéril que no saben cómo llegó y del que jamás se cuestionan salir. 


jueves, 24 de abril de 2014

El Beagle

El viejo garabatea en su libro de notas nuevas ideas tras notar las lluvias torrenciales que ha observado en los desiertos costeros que su barco recorre. Ha visto los ríos cargar toneladas de sedimento y depositarlos en el mar, sobre los arrecifes, ha visto también cuerpos de aves flotando cubiertas de una sustancia negra y oleaginosa. Catástrofes naturales y otros eventos inundan sus pensamientos y su mente oscila de una idea a otra sin que la pluma y la mano la puedan seguir. El viejo acaricia su barba, se rasca la nariz, limpia sus lentes cubiertos de brisa marina y continúa escribiendo.

            Por muchos años él y su tripulación han recorrido las costas de los siete mares. Han visto los paisajes cambiar, las aves desaparecer, los animales extinguirse. El viejo sigue escribiendo en su cuaderno de notas mientras una lágrima escurre por sus mejillas. Por años ha viajado en aquel barco que tanto ama y que tan determinante ha sido en su vida. Por años ha estado tan absorto en sus ideas y sus observaciones que está a solo unos minutos de, por primera vez en todos esos años, darse cuenta de que no se ha cruzado con ningún otro barco en ninguno de los mares y costas que ha recorrido.

            Rompe en lágrimas en un llanto ahogado que le empapa la barba y los anteojos y que le deja en los labios un gusto marino. Se siente solo, confundido. Siente que todos esos años han sido inútiles porque cada vez está más lejos de poder dar una explicación a los fenómenos naturales que lo han apasionado por años. Con los ojos todavía empapados en lágrimas se asoma a cubierta para observar a la tripulación. Los nota a todos tranquilos, unos trabajando y otros fumando y platicando entusiasmados sobre el viaje como si acabaran de zarpar. El viejo se siente más solo, pues ahora siente que quizá sea la vejez la que ahora le impide aclarar sus ideas y entender el transcurso del tiempo. Con manos temblorosas busca entre sus cosas los cuadernos de notas, abre una caja, abre otra y la miríada de cuadernos negros y fechados lo avasalla provocándole otro ataque de llanto. Con la respiración ahogada saca la caja del fondo para corroborar la fecha en el primer cuaderno de notas. El llanto no le permite ni respirar cuando se da cuenta de la fecha en ese primer cuaderno de notas y la compara con la fecha que escribió en la mañana. Solo, confundido, profundamente triste y desolado, el viejo se duerme con sus propias lágrimas.

                El barco que más navegó está a punto de terminar su deriva en el tiempo. Atrapado por siglos, el barco y su famoso navegante se acercan a la tormenta que por segunda vez en esa noche atemporal hundirá al Beagle en un océano desconocido.
HMS Beagle by Conrad Martens.

martes, 15 de abril de 2014

Simetría

Hoy leerás un texto sobre la simetría y de cómo un lado es el inverso exacto del otro si pasamos una línea central imaginaria.  Pensarás si es que esto es posible, dudarás, tratarás de olvidarlo y volverás a darle vueltas a la idea. Saldrás a la calle y te fijarás con cuidado en la gente que camina cerca de ti. Verás que aquel hombre que vende periódicos tiene una oreja más arriba que la otra y que la guapa joven de cabello amarillo tiene caído el hombro derecho. Voltearás a ver el cielo y pensarás que no puedes ver el inverso simétrico que mencionaba el texto. Seguirás caminando y verás un charco de agua en el piso, verás una imagen especular. Verás que todo lo que te rodea está ahí dentro, en ese pequeño charco de agua. Seguirás mirando hasta descubrir poco a poco que hay una imagen completa del cielo que mirabas hace unos minutos, ahí, en ese charco de agua. Pensarás, te preguntarás si esos dos lados simétricos forman parte de una misma cosa, como cada uno de los lados de un rostro. Entonces creerás que ese cielo que miraste antes era un cielo incompleto, que lo que viste era solo la mitad del cielo. Pensarás en ti y en tu simetría y en la otra parte que se refleja en el agua. Creerás que sólo has visto la mitad de ti mismo durante toda tu vida. Sentirás miedo, te sentirás desmembrado, como si de repente alguien te hubiera partido justo a la mitad. Verás que también otros espejos pueden reflejarse en ese charco de agua, uno dentro del otro, sucesivamente. Verás que estás en un mundo donde las simetrías se multiplican. Empezarás a buscar más espejos dentro del charco de agua. Empezarás a ver los reflejos de los reflejos de los reflejos. Cada vez te sentirás más roto y verás que sólo has visto partes de las cosas y que nada de lo que habías visto hasta el momento era completo. Después de leer el texto creerás temerle a los espejos.


viernes, 11 de abril de 2014

Una noche en verano un sueño

Me despierto, en un instante abro los ojos, de un salto estoy en la ventana. Ha llegado la hora. Veo la luna, el aire huele a selva, a cuerpos húmedos. Comienzo a prepararme. Aceite untado sobre todo el cuerpo, aceites de olores varios, olores antiguos. Preparo mis armas, mis ojos adquieren un nuevo brillo, es la anticipación de lo que ocurrirá. Empiezo a sentir con más fuerza su aroma, cada vez la localización la tengo más clara, he de caminar hacia el sur. Siento los músculos tensos, listos, la energía recorriendo mi cuerpo.

 Salgo, corro rápidamente, viendo a los demás que no me observan, acaso los toco un poco para que no olviden que nos hemos encontrado, los miro, mi trabajo ha sido excelente, solo bastó una vez y el recuerdo del encuentro sigue y seguirá ahí. Siento el roce de las hojas, de los troncos, el roce de los animales, su olor me inunda, me embriaga. Me detengo un poco, busco el aroma, lo encuentro y continuo, cada vez más rápido, cada vez con más certeza. Veo una ventana, ahí está ella, su aroma alumbra la casa como un resplandor que solo yo puedo ver.

Con solo pensarlo estoy en su ventana. La veo dormir, sé que será fácil. Entro en su cuerpo, caliento su piel, los dedos de sus manos se extienden y su mano se abre. Mueve la cabeza, casi despierta, pero luego cede fácilmente. Sigo recorriendo su piel, buscando el lugar preciso. Su espalda se arquea, comienza a sudar. Ahora ya no quiere despertar, se ha entregado, desea que la noche sea larga. Estoy en su sueño, el lugar donde uno puede olvidarse de sí mismo, y ella lo hace. Es una fiesta para ella y para mí. Yo sigo buscando, su vientre se eleva con suavidad, siente algo diferente en su sexo, se resiste un poco y cede. El amanecer por fin se asoma.

Salgo de ahí y recorro rápidamente el camino de regreso, pero ahora voy relajada, satisfecha. Ahora deseará, será como si estrenara cuerpo. Algo dentro de ella ha cambiado, algo que ella no intuye. Durante unos días, se sentirá un poco rara, temerá que se le note. Pero después se acostumbrará y aprenderá poco a poco. Sé que ahora despierta. Caminará siendo otra, con otro aroma, con otro ritmo, con otra conciencia y otra cadencia. Ahora está lista.

Yo dormiré de día hasta el próximo amanecer.


miércoles, 2 de abril de 2014

Hay al-Gailani

Dos hermanos en Hay al-Gailani, salen temprano de su cabaña. En ese suburbio, las casas son antiquísimas barracas en una de las zonas de  pobreza más terribles de Bagdad.
Es temprano, pero a las siete de la mañana el calor ya se ha puesto en pie y la tierra seca se levanta en rutinarios remolinos anárquicos alrededor de las barracas. Los hermanos suben a su automóvil, van a buscar trabajo, a visitar a otros familiares, a cualquier cosa. Ven a lo lejos un puesto de revisión de las tropas de la coalición y deciden no detenerse, -¡que se jodan los invasores!- dicen, y manejan sobre el alambre de púas que intenta detenerlos. Fue lo último que supieron. Dos jóvenes soldados estadounidenses, al ver el automóvil avanzar y narcotizados de impaciencia, terror, poder y fanatismo, repetidamente disparan al automóvil que comienza a arder en llamas.
El automóvil arde por media hora hasta que todo lo que podía consumir el fuego acaba de consumirse. Todo se reduce a ennegrecidos y carbonizados fragmentos de lámina, partes automotrices y humanas. Los soldados no esperan a que el automóvil termine de arder, simplemente se marchan, a no dar cuenta de lo sucedido, a desayunar, a masturbarse, a cualquier cosa.
Mientras se consume el automóvil, otros habitantes de Hay al-Gailani observan el suceso, unos intentan apagar el fuego, otros observan el fuego pensando en los hombres quemados vivos, en los marines, en sus hijos o padres muertos, en cualquier cosa. Sus ojos fijos en el fuego casi ni parpadean mientras los remolinos de aire caliente y tierra seca se confunden con el humo que sube sobre Bagdad. Después de que el fuego se apaga, intentan averiguar quiénes eran. Imposible tarea: no queda nada que pueda identificarlos, ni siquiera las placas del automóvil son visibles. A las 10:30 los restos carbonizados de los hermanos son llevados en bolsas de plástico por otros habitantes de Hay al-Gailani a la morgue del Kindi.

A solo 36 horas de la presunta muerte de Uday y Quday, hijos de Saddam Hussein, otros dos hermanos mueren juntos. Pero las fotos de sus cuerpos irreconocibles y calcinados no poblaran los diarios alrededor del mundo. 
Historia basada en hechos reales.

lunes, 24 de marzo de 2014

La decisión

Su vida transcurría pacíficamente, muy pacíficamente. Se levantaba temprano a prepararse un té y desayunar galletas, mimaba a su gato un rato y en otro rato ya era hora de comer el almuerzo y si esperaba un poco más ya era hora de ir al supermercado. Esa hora se había convertido en la parte emocionante del día: preparaba su abrigo, su paraguas, revisaba sus zapatos, los limpiaba si era necesario, tomaba su monedero, ponía mas monedas en él, revisaba que la estufa y el horno estuvieran apagados, revisaba las ventanas, los cerrojos, que la televisión estuviera apagada y entonces salía de su casa, poniendo mucha atención en dejar todos los cerrojos bien cerrados. Y caminaba hacia el supermercado, paso a pasito, entonces llegaba y tomaba una canasta pequeña donde solo ponía té, más galletas y a veces pan, queso o alguna fruta. Daba vueltas en la tienda, observaba a la gente, revisaba los productos que tuvieran etiquetas atractivas, iba a la sección de frutas y verduras y las revisaba, las olía y a veces hasta compraba alguna fruta suave cuyo aroma le hubiera llamado la atención. Las horas se le iban en la tienda y le daban una sensación de haber aprovechado el día. Sensación que se incrementaba con el cansancio que sentía al llegar a su casa donde entonces, si esperaba un poco más, el sueño llegaba.
            Pero estaba en realidad muy sola y a veces se sentía muy abandonada por su familia y sus amigos. Su hija casi no la llamaba por teléfono y solo la visitaba cada seis semanas para llevarle una caja de comida congelada que le duraba otras seis semanas. La mayoría de sus amigas habían muerto hacia algunos años. A veces se sentía tan sola que hacía varios viajes al supermercado. El ritual de salir de su casa le ayudaba a contener las lágrimas que comenzaban a llenar sus ojos.
            Y así, poco a poco, fue que fue tomando la decisión. A veces se olvidaba de ella, a veces le dedicaba largas horas y la repensaba y la volvía a pensar. Otras veces pensaba que era una tontería e intentaba olvidarse de la idea haciendo un viaje más al supermercado. Otras veces la decisión le dolía profundamente o le avergonzaba terriblemente. Pensaba en su hija, pero entonces pensaba en su vida y otra vez las lágrimas le llenaban los ojos. Hasta que por fin un día, decidió que no habría marcha atrás y que la decisión estaba tomada, pasara lo que pasara.
            Decidió también, convertir la decisión en un ritual. Se fue al salón de belleza, se arregló el pelo, las manos y hasta los pies, se compró una crema para el cuerpo, para la cara, se compró ropa nueva, unos zapatos, arregló su casa, compró unas flores. Escribió en un papel lo que había decidido, cerro el sobre y lo llevo al correo.

            Al día siguiente el diario local tendría un anuncio nuevo y un teléfono: “Straight lady 65, lives in Birkenhead area, would like to meet other lady with no ties, for friendship and shopping call on 09875632”.