martes, 24 de febrero de 2015

Paths

To love in the frontier between love and forgetfulness,
to long between the now and the never more,
to come back between the tomorrow and never again,
to doubt always doubt.

To walk over the edge dividing the day from the night,
to dream on the verge of wakefulness and dreaming,
to live in the second between life and death.

To hate between the ego and the afterwards,
to get angry over the edge of vanity and existence,
to go up across the confusing path of futility.

To live out of longing, hope and desperation,
to go back from the future passing by the past,
to walk towards the present through the back door.

To travel around the city wall of self complacency and sustainability,
to dismember congruence to pieces,
just because it is fashionable.

To come and go going through the circles of cliché and must be,
to run against time,
to navigate the river of success on the ship of failure.

To float in a foam of accumulated manias and neurosis,
to forget the love and the why,
to go quietly without breathing
with the eyes innocent of ignoring.



miércoles, 18 de febrero de 2015

Cada día un bosque

 Un bosque en primavera,
floreciendo,
atrayendo vida y sexo.
Colorido, feliz.
Vivo.

Un bosque reverdeciendo,
creciendo,
anticipándose,
abierto al calor y al viento.
Iluminado, brillante.
Vibrante.

Un bosque en llamas,
quemando,
tronando,
consumiéndose y evaporándose.
Chispa cascabeleante.
Encendido.

Un bosque helado,
durmiendo,
descansando,
esperando sol y luz.
Brillo en calma.
Suave hibernación.
Rumiando y enroscándose.


Cada día es un bosque, a todo lo que da.

jueves, 12 de febrero de 2015

Los mitos han cambiado

Los minotauros son procesados en rastros. Los laberintos se volvieron clubs nocturnos. Los mitos ya no son más que paquetes de carne y pistas de bailar.
Las sirenas viven en acuarios y brincan aros junto con los delfines. Sus lamentos no se escuchan: los gritos del público son ensordecedores.
Escila y Caribdis trabajan en México. La primera todavía devora cuerpos humanos. La segunda hipnotiza sobrevivientes con mentiras y shows de TV.
Los pegasos trabajan como mulas pero con cargas más pesadas. Con sus plumas se hacen almohadas y estolas para petulantes actrices de televisión.
Poseidón trabaja en plataformas de petróleo. El pago es terrible y los horarios extenuantes. Es un esclavo moderno que siempre es culpado por los derrames.
Venus tiene una compañía de citas en línea. Es versada en algoritmos amorosos y PayPal. Cuentan los rumores que no ya no confía en Cupido.
A Cupido le va muy bien a pesar de los rumores. Sin las restricciones de antaño, ahora puede ser más creativo. Sus flechas nunca se equivocan.
Atenea está muy ocupada. Es una viajera incansable: ¡hay tantas guerras por doquier! Pero nadie la venera, es solo una ilusa y triste espectadora.
Odiseo es uno de los diez fugitivos más buscados. Está familiarizado con el cruce ilegal de fronteras y se le ha culpado de la última epidemia de gripe.

Medusa todavía anda por aquí. A veces se le puede ver en las pantallas de TV o detrás de una idea nueva. Está hecha de terror: tenle miedo.

sábado, 7 de febrero de 2015

Las cosas que tengo

Tengo un jardín de helechos negros en el fondo del mar profundo.
Nuevas frondas se desenrollan lentamente acariciando la obscuridad del mar. Te puedo llevar allá.
Tengo un bosque con tus lágrimas, miedos, esperanzas y amores.
Tengo un arroyo que siempre fluye, un bosque en plena floración.
Tengo algunas esperanzas abandonadas escondiéndose dentro de la lluvia. Solo las veo cuando llueve y reviven antes de ser lavadas de nuevo.
En la cicatriz entre dos océanos tengo tu pena, un par de aretes y todas las lágrimas que has perdido. Ven, también tengo limonada.
Dentro de las horas más oscuras de la noche tengo cuarenta elefantes que hablan con el fuego, veinte tsunamis que le susurran al viento, cien nubes que pueden derretir tus vísceras y tres volcanes como botana.
Tengo una llama que es mi sombra. Me sigue a donde quiera que voy, me lame y me quema. Unas veces es caricia, otras quemadura. Por dentro.
Tengo un lugar dentro de mí misma donde el hielo es perpetuo, donde el silencio susurra y la luz de luna es filosa como una daga.
Tengo dentro de la curva de una ola las voces de las caracolas, sus susurros y secretos. Es el único lugar en que el océano es sordo a su propia voz.
Tengo un puñado de polvo de olas en mi mano. Lo estoy guardando para ti. Lo arrojaré sobre ese acantilado en medio de las dunas del desierto.
Tengo unas vías de tren en medio del mar. Los erizos ruedan sobre ellas, deletreando en cada vuelta –y en tiempo real- las novedades del mar.

Tengo el fuego de tus ojos en la punta de mis dedos. Lo demoro sobre la tierra, incendiando todo lo que toco. Esta noche llegaré al océano.