viernes, 11 de abril de 2014

Una noche en verano un sueño

Me despierto, en un instante abro los ojos, de un salto estoy en la ventana. Ha llegado la hora. Veo la luna, el aire huele a selva, a cuerpos húmedos. Comienzo a prepararme. Aceite untado sobre todo el cuerpo, aceites de olores varios, olores antiguos. Preparo mis armas, mis ojos adquieren un nuevo brillo, es la anticipación de lo que ocurrirá. Empiezo a sentir con más fuerza su aroma, cada vez la localización la tengo más clara, he de caminar hacia el sur. Siento los músculos tensos, listos, la energía recorriendo mi cuerpo.

 Salgo, corro rápidamente, viendo a los demás que no me observan, acaso los toco un poco para que no olviden que nos hemos encontrado, los miro, mi trabajo ha sido excelente, solo bastó una vez y el recuerdo del encuentro sigue y seguirá ahí. Siento el roce de las hojas, de los troncos, el roce de los animales, su olor me inunda, me embriaga. Me detengo un poco, busco el aroma, lo encuentro y continuo, cada vez más rápido, cada vez con más certeza. Veo una ventana, ahí está ella, su aroma alumbra la casa como un resplandor que solo yo puedo ver.

Con solo pensarlo estoy en su ventana. La veo dormir, sé que será fácil. Entro en su cuerpo, caliento su piel, los dedos de sus manos se extienden y su mano se abre. Mueve la cabeza, casi despierta, pero luego cede fácilmente. Sigo recorriendo su piel, buscando el lugar preciso. Su espalda se arquea, comienza a sudar. Ahora ya no quiere despertar, se ha entregado, desea que la noche sea larga. Estoy en su sueño, el lugar donde uno puede olvidarse de sí mismo, y ella lo hace. Es una fiesta para ella y para mí. Yo sigo buscando, su vientre se eleva con suavidad, siente algo diferente en su sexo, se resiste un poco y cede. El amanecer por fin se asoma.

Salgo de ahí y recorro rápidamente el camino de regreso, pero ahora voy relajada, satisfecha. Ahora deseará, será como si estrenara cuerpo. Algo dentro de ella ha cambiado, algo que ella no intuye. Durante unos días, se sentirá un poco rara, temerá que se le note. Pero después se acostumbrará y aprenderá poco a poco. Sé que ahora despierta. Caminará siendo otra, con otro aroma, con otro ritmo, con otra conciencia y otra cadencia. Ahora está lista.

Yo dormiré de día hasta el próximo amanecer.


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