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viernes, 12 de septiembre de 2014

Hourglass

Time is measured in suns,
suns that navigate across the sky,
that enter and exit the vault of heaven,
that go up and down,
suns that warm up.

Time is measured in moons,
the ones that gave us light,
the ones that were not there,
the ones where we wanted to love,
and we did love,
the red moons at sunset.

Time is measured in waves,
the waves we ran away from,
the waves we dived in,
the ones we navigate over,
waves full of foam and salt.

Time is measured in words,
the ones we learned and forgot,
the ones we whispered and those we kept to ourselves,
the powerful and resonant
words we think.

Time is measured in paths,
those we walked and those we avoided,
those we created,
the paths that await us,
and those that drive us mad.

Time is measured in rivers,
those that bring us water and pebbles,
those that drag us,
the deafening rivers,
running inside us.

Time is measured in silences,
those we fear,
those that fall like a thunder,
those that get us together and get us apart,
the soft silences we look for.

Times is measured in gazes,
those we hide,
those we caress with and dive in,
the gazes we watch with,
those we understand and learn.

Time is measured in stars,
those that fall and die,
those that guide us,
the star that cover us,
with their light of distant suns.

Time is measured in caresses,

those we search with and those we find,
those we run through,
the caresses enlightening us
and opening our eyes.

Times is measured in suns,
moons,
waves,
words,
paths,
rivers,
silences,
gazes,
stars,
caresses.

The time is sand, is just sand.

The time is an hourglass.



Ver  la versión en español aquí "Reloj de arena".

martes, 5 de noviembre de 2013

Caminos

Amar en la frontera entre el amor y el olvido, añorar entre el ahora y el después, regresar entre el mañana y el jamás, dudar siempre dudar.
Andar en el filo que divide el día de la noche; soñar en el borde de la vigilia y el sueño; vivir en el segundo entre la vida y la muerte.
Odiar entre el ego y el después, indignarse en el borde de la vanidad y la existencia, subir por la intrincada vereda de la futilidad.
Vivir de nostalgia, esperanza y desesperación, volver del futuro pasando por el pasado, caminar hacia el presente por la puerta de atrás.
Recorrer la muralla entre la autocomplacencia y la sustentabilidad, desmembrar la congruencia hasta hacerla trizas,sólo porque está de moda.
Ir y venir recorriendo los círculos del cliché y el deber ser, correr contra el tiempo, navegar el río del éxito en la balsa del fracaso.
Flotar en espuma de manías y neurosis acumulada, olvidar el amor y el porqué; dejarse llevar sin respirar con los ojos intactos de ignorar.

martes, 22 de octubre de 2013

Reloj de arena

El tiempo se mide en soles, soles que circulan el cielo, que entran y salen de la bóveda celeste, que suben y bajan, soles que calientan.
El tiempo se mide en lunas, las que nos dieron luz, las que no estuvieron, en las que quisimos amar y amamos, las lunas rojas del atardecer.
El tiempo se mide en olas, las olas de las que huimos, en las que nos adentramos, sobre las que navegamos, las olas llenas de espuma y sal.
El tiempo se mide en palabras, las que aprendimos y olvidamos, las que susurramos y callamos, las sonoras y poderosas palabras que pensamos.
El tiempo se mide en caminos, los que andamos y los que evitamos, los que inventamos, los caminos que nos esperan y los que nos desesperan.
El tiempo se mide en ríos, los que nos traen agua y cantos rodados, los que nos arrastran, los fragorosos ríos que nos recorren por dentro.
El tiempo se mide en silencios, los que tememos, los que caen como truenos, los que nos juntan y separan, los suaves silencios que buscamos.
El tiempo se mide en miradas, las que ocultamos, con las que acariciamos y entramos, las miradas con las que vemos, entendemos y aprendemos.
El tiempo se mide en estrellas, las que caen y las que mueren, las que nos guían, las estrellas que nos cubren con su luz de soles lejanos.
El tiempo se mide en caricias, con las que buscamos y encontramos, con las que recorremos, las caricias que iluminan y nos abren los ojos.
El tiempo se mide en soles, lunas, olas, palabras, caminos, ríos, silencios, miradas, estrellas, caricias. El tiempo es arena, solo es arena.

El tiempo es un reloj de arena. 

martes, 30 de julio de 2013

Todo cae

Cae una estrella, cae el quizá, cae el cielo, cae el presente.
Cae un recuerdo, cae la nieve, cae una cortina, cae el futuro.
Cae la noche fría, cae la lluvia, cae el nunca más, cae el pasado.
Cae ceniza, cae un tal vez, cae el telón, cae un mañana.
Cae granizo, cae una nube, cae un ni modo, cae un ahora.
Cae la madrugada, cae de golpe el ayer, cae el sereno, cae un entonces.
Cae la tarde, cae un quién sabe, caen las hojas, cae un qué tarde.
Cae el medio día, cae un jamás, cae el dolor, cae otro futuro.
Cae una lágrima, cae la dicha, cae el frío, cae todo junto.
Cae una mirada, cae el remordimiento, cae un por siempre, cae un otra vez.

Cae suavemente, cae de golpe, cae lentamente, cae por fin.

Poema originalmente publicado en tuits en @minafiction

martes, 16 de julio de 2013

Definiciones

La vida es un huracán cargado de fauces y plumas. En una vuelta te encaja los colmillos y te mastica, y en la otra te envuelve y acaricia.
La noche es un mar de alas de murciélagos que se nos viene encima. La caricia de las sedosas alas conmueve a algunos y enloquece a otros.
El olvido es un pantano de petróleo que todo lo engulle. De vez en cuando, las flores más luminosas resurgen de entre sus aguas, encendidas.
El deseo es una marea de neblina espumosa que se pega mientras aprieta la piel, que avanza mientras cascabelea. Es el aire que se cierra.
El amanecer es una ola de molestas hadas brillantes con cascabeles en los pies. Solo los pájaros y el río les festejan tanta luminosidad.
El dolor es ser habitado por un castillo con puertas que se abren y rechinan y se cierran de golpe.Son los pasillos que caminamos sin cesar.
El enojo es una bestia herida que corre por las venas arañando los órganos. Es una hiedra que ahoga las vísceras. Es una cuchillada al agua.
El día es un griterío, una explosión, un concierto de trinos, el viento que se eleva, es alas y fotosíntesis. Va y viene, y da la vuelta.
La duda es una marea perdida, nunca deseada, nunca esperada, nunca olvidada. Va y viene, crece y decrece. A veces, hasta parece desaparecer.
La tristeza es una parvada de golondrinas volando en círculo dentro del pecho. De vez en cuando, una de ellas se estrella contra el corazón.
El sol de la tarde es una epidemia de augurios que acaban en un atardecer rojísimo lleno de nubes verdes. Como si esa hubiera sido la idea.
El ego es un monstruo de apetito voraz. Ciego y sordo, perdido en un laberinto, solo sabe de su propio tamaño y los halagos que lo alimentan.
El odio es un pabilo buscando el sol, un volcán en el iris, un gusano enroscado bajo la piel, la droga más dulce y la promesa más grande.

El mar es un naufragio, un déjà vu, un sueño insomne, el silencio que retumba, el horizonte adormecido. Es lo que somos, fuimos y seremos.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Espejos rotos



En el desierto de espejos rotos el sol se reflejaba con el brillo de mil soles. En la noche ni obscuridad ni luna; toda la luz acumulada.
En el mar de espejos rotos las olas eran ondas de cuchillos cortando reflejos a su paso. El mar guarda en su fondo reflejos rotos y salados.
En el universo de espejos rotos el espacio era infinito: un laberinto duplicado de nebulosas triples, agujeros negros y soles fragmentados.
En el pasado de espejos rotos los recuerdos estaban distorsionados, incompletos, multiplicados.Los reflejos de nosotros mismos nos cortaban.
En el bosque de espejos rotos, el viento mecía reflejos y las hojas chocaban sonando cristales: polvo de espejos bajo el camino del viento.
En las nubes de espejos rotos, pedazos de mundo se reflejaban. Cuando llovía, pedazos olvidados de nosotros mismos nos bañaban, empapándonos.
En el sol de espejos rotos las tormentas se elevan y miles de fragmentos espejean la luz. Todo se derrite y los espejos se forman de nuevo.
En el futuro de espejos rotos, los reflejos brillan, enceguecen. Confundimos los fragmentos con piedras preciosas. Es una sola luz, radiante.
En la selva de espejos rotos los sonidos se reflejan. Incluso de noche, con la luz luna, el espacio se llena de murmullos y verdes sonidos.
En el viento de espejos rotos, los reflejos ululan, se arremolinan y enloquecen. Algunos vientos llevan consigo los reflejos del desierto.
En el presente de espejos rotos, los fragmentos nos desorientan y confunden, nos desvían los reflejos. Solo oímos el crujir bajo los pies.
En la ciudad de espejos rotos, se confunden los reflejos del éxito, la riqueza, el fracaso y el dolor. Atónitos, los reflejos no se mueven.
En la luna de espejos rotos, se reflejan las miradas de los amantes y los locos. En luna nueva, los secretos de la marea no vuelven al mar.
En el cuerpo de espejos rotos las palabras reflejadas recorren sangre y vísceras. De vez en cuando, algunas escapan de labios y pulmones.
Serie de poemas en prosa originalmente publicada en 14 tuits @minafiction. 

miércoles, 20 de marzo de 2013

En el laberinto de su cuerpo



En el laberinto de su cuerpo
En el laberinto de su cuerpo, su corazón era una caverna grande y llena de ecos. Cada amanecer, un mar de murciélagos regresaba de la noche.
En sus pulmones corría el viento de lado a lado. A veces viento suave y caricia, a veces tornado y explosión, casi siempre arrullo y vaivén.
El río de sus venas era un laberinto de corrientes mudas pulsando un ritmo primitivo. Algunos días, rojos remolinos se forman aquí y allá.
Una caverna de afilados cristales se encuentra en las cuencas de su hígado. Un río de bilis a veces lo recorre: odio, rencor, remordimiento.
Perdido en una idea dio giros y escaló circunvoluciones cerebrales. Voló sobre sus pensamientos: fue bruma, impulso eléctrico y resplandor.
Un mar de fibra y carne se estremece y extiende. Sube y bajan las olas en el corazón, junto a las vísceras y el hueso. Músculo magro y movimiento.
Un mar de fibra y carne se estremece y extiende. Sube y bajan las olas en el corazón, junto a las vísceras y el hueso. Músculo magro y sangre.
De seda y corriente eléctrica, su piel es un mapa de cicatrices, sensaciones, placer y aire. Es un espejo y una constelación de lunares.
Silencio y chispa, la red de nervios se enciende y apaga sin cesar. Si acaso brillamos es por su luz; si se apagan sobreviene la obscuridad.
Cargados de mineral y tiempo son nuestra historia. Ellos hablan sobre nuestro movimiento: serán el polvo después de que nos hayamos ido.
Serie publicada en 10 tuits @minafiction. 

jueves, 14 de marzo de 2013

Ciudad



Ciudad
Durmió una noche bajo un puente y a plena luz del día en un parque. Olió flores e inmundicias, perfume y muerte, desierto y campo sombreado.
Subió a torres, bajó al subterráneo y sus sótanos. Navegó en calles y avenidas, lenta y velozmente, al rayo del sol y en contra de la luna.
Oyó gritos, aullidos, grillos, trinos. Vivió el silencio y el fragor, el óxido y el cristal, el día en la noche y la obscuridad a plena luz.
Marchó y fue muchos pasos, muchos corazones, muchas manos, muchas luchas, muchas causas. Gritó y las torres de concreto enmudecieron.
Se volvió tolvanera, papel al viento, ulular de aire. Se adentró en nichos, habitaciones, multifamiliares, juzgados, plazas y callejones.
Escuchó el andar de ríos. Ríos de sangre, llanto y semen. Ríos de sudor y búsqueda. Ríos en el aire, el suelo, dentro del corazón y la mirada.
Se volvió ciudad, concreto y asfalto. Sintió su soledad, su muchedumbre y su eterna luz. Navegó en su historia y en su corrosión.
Serie originalmente publicada en 7 tuits @minafiction.
Andrew Ferez

miércoles, 16 de enero de 2013

Vaporous



Vertigo, dizziness and the feeling of drowning and getting lost. We are connected through our breaths. For a while, life lies in that space.

Lip to lip, breath to breath. Mouths moving along the skin. It is vapor talking, reading the skin, leaving a trail. A lining that ignites.

A tale crawls in walls and windows, drop by drop, moan by moan. Every single droplet is a word that was not needed, never worn. Vaporous.

Two bodies lying on bed, touching each other and themselves, aware of each other´s skins. Aware of their breathing: that air coming to life.

Looking through the window across the garden and across time. Lost and longing, sadness breaths and blurs the glass. All memories vaporize.



A tale, a prose poem, originally posted in 5 tweets @minafiction.